Bajo la mirada de Occidente

Bajo la mirada de Occidente

 

Título: Bajo la mirada de Occidente
Título original: Under Western Eyes
Autor: Joseph Conrad
Mi edición: 2006 Alianza

(He reeditado esta entrada, estaba plagada de errores)

Bajo la mirada de Occidente es la novela del arrepentimiento, donde Joseph Conrad se enfrenta a los demonios de su pasado. Es un misterio qué llevó al escritor de origen polaco a escribir una novela en la que estudiaba las raíces psicológico-políticas de la cultura que estaba aplastando a la de sus padres: la cultura rusa.
Cuando Joseph Conrad adquirió la nacionalidad británica decidió olvidar que alguna vez en su vida había sido un polaco nacido bajo la dominación rusa. Decidió olvidar que su padre había sido un luchador por la independencia de Polonia y la familia había sufrido las consecuencias. Mis biografías sobre el escritor no aclaran por qué en un determinado momento de su vida decide mirar atrás.
Joseph Conrad tardó casi cuatro años en escribir Under Western eyes, dos años más de lo que tardó en escribir Nostromo, historia de un litoral. Verdaderamente, Bajo la mirada de Occidente no es ni superior ni inferior a aquella. El resultado a nivel personal fué que mi escritor preferido sufrió una de sus peores crisis de salud (delirios en polaco incluidos).

Conrad hace de narrador-editor, un profesor de inglés que encuentra el diario de Kirlo Sidorovich Razumov un joven agente doble de la Okarana zarista (los servicios secretos del Imperio Ruso). Razumov era un joven que había sido criado sin familia, realmente cree que su verdadera familia es la Madre Rusia. Me sorprendió saber quien era su padre biológico por el trato tan distante que tiene con él. Razumov estudiaba tercero de filosofía pero tuvo la mala suerte de tener por compañero de habitación Víctor Victorovich Haldin, un terrorista anarquista que acababa de asesinar a un miembro del gobierno. Razumov no sabe por qué pero tiene el desgraciado don de inspirar confianza (en esta historia inspirar confianza es una desgracia). Haldin le confiesa sus pensamientos y sus actos, interpretando los silencios del protagonista como una señal afirmativa. Razumov lo denuncia pero lejos de tener paz se ve atrapado en las garras de la autocracia.
Conrad describe el sistema político ruso como un monstruo corruptor de almas que devora las vidas y los pensamientos de todos cuantos tiene debajo, tanto enemigos como servidores.
-“Cuando dos rusos se reúnen, la sombra de la autocracia está sobre ellos, contaminando sus pensamientos, sus opiniones, sus opiniones, sus sentimientos más íntimos, sus vidas privadas, sus manifestaciones públicas, invadiendo el secretos de sus silencios”-.

Joseph Conrad dice ser objetivo pero todo el libro tiene juicios de valor. Lo que ocurre es que como buen ensayista, da una opinión razonada pero despiadada. Los rusos siempre han sido gente habladora con un gran amor al mundo abstracto (ideológico, moral, ético, religioso…).

-“Esa inclinación a eliminar todos los problemas del plano de lo comprensible mediante alguna expresión mística es muy rusa. La conocía lo suficiente como para descubrir su desprecio hacia todos las formas prácticas de libertad política conocidas en el mundo occidental. Me imagino que hay que ser ruso para comprender la simplicidad rusa, una simplicidad terrible y corrosiva en la que las locuciones místicas esconden un ingenuo y desesperanzador cinismo. A veces creo que el secreto psicológico de la profunda desemejanza de esa gente es eso, que detestan la vida, la vida irremediable que vivimos en este mundo, tal cual es; mientras nosotros los occidentales la veneramos tal vez con una igual exageración de su valor sentimental”-.
Un factor, pienso yo, que ocasiona el desprecio a la vida es que  en el Imperio Ruso por unos motivos o por otros, la vida ha sido siempre insufrible. Otro motivo es la tradicional espiritualidad rusa, más arraigada que en el resto de Europa, pero no mucho mayor que España, Italia y puede que Irlanda (en aquella época, nada que ver con el s.XXI) .Según el Cristianismo la vida no es más que un tránsito al Cielo, es decir, a la muerte; la muerte es principio de la verdadera vida y no el fin de esta que es como se piensa en términos materialistas. Es curioso que Conrad no se sintiera identificado con la mentalidad rusa. Sus escritores personales, sus diarios, incluso sus novelas (Lord Jim, Situación Límite…), están llenas de desprecio a la propia vida, están llenas de ideas de suicidio. 

El protagonista, Kirlo Sidorovich Razumov, es el ruso arquetípico, nacionalista, desconfiado con las ideas de la Europa Occidental, considera que Rusia es su madre y los anarquistas engendros demoníacos creados por ideas / libertades occidentales. Por eso delató a Haidir. Pero como es muy ruso termina arrepintiéndose y termina muy mal. Todos creen que Razumov es un “ser superior” porque no muestra sus sentimientos, algo muy raro en un ruso que tiene un temperamento muy pasional. Bajo la mirada de Occidente es ante todo una historia muy rusa, ¿conocen alguna historia rusa que termine bien?. Las historias rusas terminan más o menos mal, cuando no es la muerte es la desesperanza. Pero siempre hay historias no-rusas que terminan peor que las rusas, Rojo y Negro de Stendhal, por ejemplo.

A mí personalmente este libro me ha recordado a las obras de Dostoievski “Crimen y Castigo” y “Los Demonios”. Dostoievski creía que el problema de los revolucionarios era que no conocía ni amaban a su pueblo; ese desconocimiento y falta de amor venía dado por el alejamiento de Dios, del Cristianismo. Conrad nos muestra unos revolucionarios con una espiritualidad muy profunda, tan profunda, que ni ellos son conscientes pero todos, víctimas y verdugos, son los mismo, como dice el propio Conrad en el prólogo de 1920, (los bolcheviques están en el poder):

Oprimidos y opresores son todos rusos; y el mundo se enfrenta una verdad más con la verdad del dicho que sostiene que el tigre no puede cambiar sus rayas ni el leopardo sus manchas-.

Conrad se enfadaba cuando alguien lo comparaba con los gigantes de las letras rusas. Pero lo cierto es que el mismo podría aplicarse esa misma frase, los críticos actuales ya lo han hecho.

Articulo publicado en Literatura con las etiquetas: , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


¡IMPORTANTE! Responde a la pregunta: ¿Cuál es el valor de 12 11 ?